La cerda presenta el celo entre los 4 y los 6 días después del destete aunque se puede manifestar entre los 2 y los 7 días postdestete. Su duración media es de 48 a 72 horas, pero se observan celos de 32 a 120 horas de duración. Por regla general, las cerdas que salen antes en celo después del destete tenderán a presentar un celo más largo, y por el contrario las cerdas que tardan más en salir en celo tienden a presentarlo durante un período más corto.
Los síntomas de la salida en celo son la inflamación y enrojecimiento de la vulva, el cambio en la textura del flujo vaginal, un comportamiento más nervioso y sobre todo el reflejo de inmovilidad provocado por la presencia del verraco o por la presión ejercida en el lomo por parte del técnico que realiza la detección. Este reflejo marca claramente el comienzo del período de celo. Su manifestación es máxima en presencia del verraco por el estímulo que produce por vía visual, auditiva, táctil y sobre todo olfativa por medio de feromonas (3-a- androstenol y 5-a-androstenona) producidas en las glándulas submaxilares.
La cerda debe exponerse al verraco a partir del 3º día postdestete, preferiblemente en parques, en grupos de 6 a 8 cerdas por verraco, al menos 1 vez al día, preferiblemente 2, y por un período suficiente para que el verraco pueda examinar a todas. En el caso de cerdas alojadas en boxes, el verraco irá pasando por delante de las cerdas durante el tiempo suficiente para estimularlas. Es importante procurar que las cerdas estén alojadas lejos de los verracos para que no se produzca un acostumbramiento al estímulo, lo que hará más difícil la detección del celo. Lo ideal es tenerlos en alojamientos separados o al menos a una distancia que evite que las cerdas tengan contacto visual con los verracos.
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