El espermatozoide es una célula especializada, diseñada para penetrar en el ovocito y fecundarlo. Para realizar la penetración utiliza diferentes mecanismos, el movimiento hiperactivo y la liberación de enzimas, destinados a romper la membrana del ovocito. Estas enzimas, acrosina e hialuronidasa, se encuentran en el acrosoma, estructura celular que recubre la parte superior de la cabeza del espermatozoide, similar a un “gorro”.
El acrosoma es una gran vacuola que se adapta a la cabeza espermática y está recubierta por la membrana plasmática del espermatozoide, por lo que para liberar su contenido debe producirse un proceso de fusión en las dos membranas, acrosómica y plasmática.
La liberación de las enzimas acrosómicas (reacción acrosómica) debe producirse en el momento adecuado ya que este proceso no es reversible y si se produce antes de tiempo (reacción acrosómica temprana) el espermatozoide pierde su capacidad fecundante. Para controlar este riesgo, el espermatozoide tiene que pasar primero por la fase de capacitación que consiste en una serie de cambios a nivel de la membrana plasmática que le “capacitan” para sufrir la reacción acrosómica.
Para que todo este proceso tenga lugar cerca del ovocito, el tracto genital femenino posee varios mecanismos que lo controlan, frenándolo o favoreciéndolo en el momento adecuado. Además, el plasma seminal contiene un factor de decapacitación, que protege al acrosoma, que se va perdiendo durante el transporte espermático por el tracto genital femenino.
El acrosoma es una estructura celular muy sensible y existen varios factores externos que pueden inducir una reacción acrosómica temprana, como los cambios bruscos de temperatura, el ión cálcio y el bicarbonato en determinadas concentraciones en el medio, que deben evitarse. Por esta razón, la conservación del semen de verraco a 15ºC debe realizarse evitando las oscilaciones bruscas de temperatura y utilizando un medio de conservación cuya composición evite los riesgos mencionados.
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